
De nuevo vemos salir en los medios de comunicación a la magnífica fotógrafa, Annie Leibovitz, no por las imágenes que ha realizado, sino por estar envuelta en problemas económicos que en más de una ocasión ha estado a punto costarle el perder los derechos de autor de sus fotografías por no poder pagarsus deudas.
El conseguir fama internacional creo que llega a perturbar la personalidad de las personas y en el caso de Annie ha dilapidar el dinero a pesar de las cifras astronómicas de las que se habla que percibe en concepto de su trabajo. Sólo su contrato con la editorial Conde Nast asciende a dos millones de dólares anuales y su caché por una sesión de fotos publicitarias no baja de los 250.000 por día, según cifras publicadas por el diario The New York Times.
Se te pone el bello de punta sólo pensar que los que defendemos nuestros derechos de autor haya gente que por estar por encima de sus posibilidades pueda llegar a perderlo. Es para echarse a llorar.
De todas maneras de estos casos han aparecido muchos, y por desgracia, seguirán apareciendo.
A modo de reflexión, ¿para qué queremos llegar tan alto y luego llegar a perderlo todo?. No lo entiendo.
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