Ginés Liébana es como un niño travieso. El día 28 le entregaron en el Teatro de la Maestranza de Sevilla la Medalla de Andalucía y en ese acto hizo cosas interesantes para su anecdotario. Nada más recibir la medalla se vuelve hacia el público y hace una especie de saludo militar, después se sienta y se rie a carcajada llena en medio de una ceremonia demasiado encorsetada y academicista.
Al finalizar el acto estuvimos mi compañera Carmen y yo hablando un rato con él para hacerle una entrevista y nos comentaba que siempre que hay un acto a él le gusta juntarse con los fotógrafos porque se lo pasa muchísimo más divertido. Lo cierto es que tiene una fuerza y una vitalidad increible, a la vez que es divertido y que mantiene esa frescura en sus actos. Todo un personaje.